Mi primer día en Malta

Recordando mi primer día en la Isla, me acordé de esos momentos de incertidumbre en mi casa, de tristes despedidas en el aeropuerto, y de ganas de vivir el momento en cuanto puse mi primer pie en la isla.

Muchos somos los que dejamos nuestro hogar para embarcarnos en una aventura en busca de nuevas experiencias, aprendizajes y si puede ser, también trabajo!

Mi primer fin de semana, lo pasé en la residencia de la escuela Elanguest. Tuve la suerte de tener unos compañeros de piso geniales, con los que viví momentos que nunca olvidaré y de los que guardo un bonito recuerdo. Juntos nos perdimos por lugares desconocidos, conocimos lugares nuevos e increíbles, reímos hasta el amanecer y aprendimos el verdadero valor de esas pequeñas cosas. Pues cuando estás fuera poco importa lo que tenías o lo que fueras, importa lo que vas consiguiendo día a día, en lo que te conviertes, lo que tienes.

Recuerdo que nos dormimos después de una larga noche de fiesta, no pudimos hacer nada de lo que habíamos planeado pero juntos nos inventamos un plan nuevo: “Paradise Bay”.  Después de horas esperando el autobús, de largas caminatas bajo el sol a más de 30ºC y de picotazos de mosquitos, al fin llegamos. Observando Paradise Bay con mi nueva familia, días antes completamente desconocidos,  me vino a la mente una curiosa frase de Paulo Coelho, “La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”. De repente todo tenía sentido. Por alguna razón algo me llevo a estudiar inglés en Malta, a conocer a todos y cada una de las personas que me he encontrado en el camino y a vivir todo lo que he vivido hasta ahora.Nunca me arrepentiré de elegir Malta como mi lugar de destino.